La pintura para piscinas es un básico en el mantenimiento de nuestras piscinas de obra que nos ayudará a mantenerlas en perfecto estado año tras año. Reparar la piscina y dejarla lista para disfrutar del verano es sencillo y económico con la pintura para piscinas adecuada.
Tipos de pintura para piscinas
A la hora de elegir la pintura para una piscina de hormigón o cemento hay que tener en cuenta los efectos nocivos de la intemperie, la alcalinidad del soporte y los efectos de los productos químicos empleados para el tratamiento del agua. Aunque no hay problema en cambiar de un tipo de pintura al otro, los expertos recomiendan continuidad.
- Pintura para piscinas al clorocaucho: esta pintura con base de disolvente tiene una gran resistencia al agua, a los hongos, a la alcalinidad y a los productos químicos. Desprende olor mientras se trabaja con ella y hay que tomar precauciones a la hora de aplicarla, pero gracias a su mayor poder de penetración ofrece un resultado más duradero. Para su aplicación, debemos seguir varias recomendaciones de seguridad, por lo que se recomienda para aplicaciones profesionales.
- Pintura para piscinas al agua: tiene una menor resistencia, pero en cambio no huele y es más fácil de aplicar que la pintura al clorocaucho. Se trata de una solución sostenible que cuenta con muy bajos niveles de emisiones durante la aplicación. Además, esta solución reduce el tiempo de secado necesario para poder aplicar la segunda mano. Por estas características, la pintura para piscinas acrílica es la opción más cómoda y segura para aplicarla nosotros mismos.
Cómo utilizar la pintura para piscinas
Cuando la piscina no es nueva, es primordial reparar el soporte antes del pintado. Para ello, habrá que sellar las grietas y rehabilitar las zonas desgastadas para crear una barrera contra la humedad. Las piscinas de hormigón y cemento sufren constantes esfuerzos de dilatación y contracción que generan grietas y fisuras, por lo que la reparación es un paso muy importante.
Si la piscina está previamente pintada, en las zonas que tengan pintura defectuosa la eliminaremos con una rasqueta o cepillo de puas para quitar los restos. A continuación lijaremos para abrir el poro y facilitar el anclaje de la nueva capa de pintura que vamos a aplicar. En caso de encontrar manchas de moho o algas, se procederá a su limpieza con agua y lejía, enjuagando posteriormente con agua dulce.
En las piscinas de obra nueva, el hormigón tiene que estar totalmente fraguado y las paredes y suelo libres de polvo, suciedad y sales. La temperatura ideal de aplicación en ambos casos está entre los 10-20 grados centígrados, sin que el sol le de directamente a la pintura.