Lo más habitual cuando tienes tu propio espacio en el que vivir es que quieras darle un toque personal para hacerlo más tuyo y sentirte más a gusto. Más allá de lo que podamos comprar, en ocasiones encontramos ideas que nos inspiran para decorar nuestra casa y que podríamos hacer nosotros mismos, pero las desechamos por ser muy complicadas. Por ese motivo, queremos sugerirte una forma de personalizar prácticamente cualquier objeto de la forma más sencilla posible y con muy pocos materiales. Ahora no hay excusas válidas, prepárate para dar color.
Materiales:
- Pintura del color que quieras y adecuada para la superficie que quieras pintar.
- Cubeta de plástico
- Cualquier objeto que se te ocurra.
Instrucciones:
Prepara la cubeta de plástico en un lugar ventilado y vierte la pintura en el interior. Si lo haces con cuidado no tienes por qué manchar nada, pero lo ideal es proteger la superficie de alrededor con plástico o un par de capas de papel de periódico, que para pintar el suelo ya habrá tiempo.
Elige el objeto que quieras personalizar y sumérgelo cuidadosamente en la cubeta hasta el punto que quieras que llegue la pintura. Dependiendo del material del objeto, puede absorber el color más allá del nivel hasta el que lo hayas bañado en pintura. Sobre todo si utilizas cestos de fibras o alguna pieza hecha con madera sin tratar, la pintura subirá un poco por la superficie, de manera que es mejor hacerlo poco a poco para controlar mejor el proceso.
Por último, la parte más importante: deja secar sin manchar de pintura todo lo que hay alrededor. Si quieres que la línea quede recta, no tendrás más que dejar el macetero, cesto, o lo que se te haya ocurrido pintar, con parte pintada hacia abajo. Si lo haces al contrario, la pintura puede gotear un poco y creará una línea algo más irregular. Recuerda también que la línea no tiene por qué ser horizontal a la superficie de apoyo. Puedes inclinarlo, o pintar solamente una esquina o un lateral.
Si te apetece aplicar esta técnica a muebles u objetos que sean difíciles de manipular o demasiado grandes como para introducirlos en un recipiente de plástico, te damos un truco. Utiliza cinta de enmascarar para marcar los límites y pinta con la brocha la parte que has elegido. El resultado será el mismo y no tendrás limitaciones para el tamaño.
Ahora que ya tienes el paso a paso, puedes pintar cualquier cosa que se te ocurra. Puedes comenzar con algo pequeño y ver los resultados a pequeña escala antes de embarcarte en algo más complicado, o incluso practicar antes con una lata o una botella de plástico si eres muy precavido. En cualquier caso, es una técnica muy sencilla, sólo recuerda elegir la pintura adecuada para el material que vayas a utilizar y ya puedes ponerte a ello. Eso sí, con cuidado, que es adictivo.
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Me sirvieron sus ideas. Me gusta la pintura como elemento para reciclar objetos.gracias.
Gracias Paula, si aplicas nuestras ideas nos encantará verlo. ¡Saludos!