Pintar las puertas de casa es un proyecto muy popular por lo sencillo que es y los buenos resultados que tiene. Renovar el aspecto de nuestro hogar siempre es agradable y en el caso de las puertas no es muy laborioso. Para que puedas pintar las puertas de tu casa tú mismo, os damos unas pautas que te servirán de orientación a la hora de ponerte manos a la obra.
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Prepara las puertas para la pintura
En primer lugar, te recomendamos desmontar las puertas para ponerlas sobre una mesa de trabajo. A la hora de pintar estaremos más cómodos y, sobre todo, no quedará ningún trocito sin pintar. Para un resultado profesional, quita todas las bisagras, manillas, herrajes y tornillos. Recuerda guardarlos todos juntos en una caja, así a la hora de volver a montar las puertas no te volverás loco buscando las piezas.
En segundo lugar, debemos comprobar el estado de las puertas. Si hay rozaduras o arañazos, ¡no te preocupes! Con un pequeño lijado, ya sea con lijadora eléctrica o manual, bastará para solucionarlo. Después de lijar, es importante pasar un trapo húmedo para retirar el polvo que se haya podido producir. Este lijado servirá además para mejorar la adherencia de la pintura que utilicemos posteriormente. En el caso de que haya algún daño más visible, necesitaremos recurrir a masillas especializadas para madera y rellenarlo para que la puerta quede lo más lisa posible.

Elige la mejor pintura para tus puertas
A continuación, viene la mejor parte, elegir los productos que vamos a utilizar y el color. Para pintar las puertas, es imprescindible elegir un esmalte de calidad, ya que el resultado final depende directamente de las propiedades del producto tanto como de la aplicación. Las puertas es algo que usamos continuamente y debemos aplicar un esmalte resistente, que aguante los golpes y rozaduras.
En cuanto al color, el blanco o el marrón claro son los tonos más populares para las puertas interiores, pero no hace falta limitarnos. Los tonos oscuros, como el gris, un verde botella o los azules darán mucha personalidad a tus puertas y si tienes las paredes en blanco contrastarán a la perfección. Por otro lado, los colores pastel aportarán alegría, aire fresco y modernidad a tus puertas.
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¿Qué pasos debo seguir para pintar las puertas de mi casa?
Con las puertas preparadas y sin herrajes, el primer paso que recomendamos es aplicar una capa de imprimación, con la que conseguiremos que el esmalte agarre mejor y tenga una mayor duración. Aunque puedes aplicarla con brocha, un rodillo de espuma te ayudará a extender el producto de manera uniforme y en la medida justa.
Cuando haya secado, puedes pasar al esmalte del color elegido. Es mejor empezar por una esquina y dar las pasadas siempre en la misma dirección para no dejar marcas. Recuerda también que es recomendable dar las capas sin que el rodillo esté cargado en exceso. Aunque al principio puedas ver el color de base de la puerta (sobre todo cuando pasamos de puertas oscuras al blanco), cuando haya secado la pintura podrás aplicar más capas y quedará mejor que cargando más el rodillo. Deja que seque muy bien la cara de la puerta que has pintado antes de voltearla, ya que de otra forma quedarán marcas.
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Recuerda que los marcos de la puerta también forman parte de este proyecto y debemos pintarlos para que sea completo. El procedimiento es el mismo que con las puertas, aunque aquí necesitarás utilizar una brocha o paletina para las zonas más estrechas. Los marcos no se pueden extraer, así que ¡cuidado con las paredes! Utiliza cinta de carrocero para protegerlas y no ensuciar. Una vez estén todas las partes completamente secas, solo nos quedará montar las puertas de nuevo y ¡listo!
¿Te atreves a pintar las puertas por ti mismo? ¡Os leemos en comentarios!