¿Sabes cómo pintar un barco? Durante todo el año, pero especialmente con la llegada del buen tiempo, los navegantes tenemos que prestar la debida atención a nuestras embarcaciones. Tanto si tienes un barco de recreo como una pequeña barca o una lancha, es importante revisar la pintura de nuestros barcos y hacer un mantenimiento adecuado no sólo por estética, sino también para evitar el deterioro.
El desgaste natural que producen el aire, el agua y el sol erosionan las embarcaciones y pueden acortar mucho su vida útil. Da igual que tu barco sea de madera, de metal o de material plástico; un barco de fibra de vidrio no te salva del mantenimiento reglamentario. Si quieres que tu embarcación dure muchos años, te contamos los pasos para aplicar y cuidar su pintura.
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Limpieza y preparación de la embarcación
Para empezar a aplicar la pintura es importante hacerlo con el barco limpio y eliminar los productos anteriores y los organismos que hayan podido adherirse a la superficie del casco. También en las embarcaciones nuevas es imprescindible eliminar las ceras o siliconas. Ayúdate de disolventes y de una lija para que quede lo más limpio posible, lava la superficie con agua jabonosa y deja secar. Así tendrás un mejor acabado y el trabajo posterior durará mucho más tiempo.
Imprimación y sellado del barco
El primer producto que hemos de aplicar tras la limpieza es la imprimación, que protege el casco y sirve de base para el resto de capas de pintura. Las imprimaciones protegen que el agua deteriore los cascos de fibra de vidrio y madera, además de proteger de la corrosión los barcos de metal. Podemos distinguir entre imprimaciones náuticas de un componente (sintéticas, listas para su uso aunque algo menos duraderas) o de dos componentes (imprimaciones de poliuretano o epoxi). Estas últimas vienen envasados dos productos por separado: la base y el catalizador. Una vez se mezclan los dos componentes el tiempo de vida antes de la aplicación es limitado, pero estos recubrimientos tienen una resistencia mayor que los monocomponentes.
A continuación es necesario revisar todas las juntas del casco (sobre todo en los de madera, en los que el calafateado es más laborioso) y buscar posibles orificios para sellarlos adecuadamente después de la imprimación. Sólo así nos aseguraremos de que el agua no penetra y podremos conseguir un trabajo de pintura duradero. Hay distintos productos que se pueden aplicar para este sellado, pero es importante que elijamos un material resistente a la humedad y los rayos del sol, como el poliuretano o la masilla epoxi, y que leamos bien las instrucciones del fabricante para su aplicación.
Daños a prevenir en tu embarcación
En el caso de las embarcaciones de madera, las consecuencias de la exposición al sol comienzan por dar un tono grisáceo a la madera, que se reseca y en la que aparecerán grietas con el tiempo. La madera también se dilata y encoje con los cambios de humedad y de calor, y puede llegar a pudrirse si no la tratamos bien.
¿No hay problema, tu barco es de fibra de vidrio? Tampoco estás a salvo de su deterioro. Los plásticos pueden ser inmunes a la humedad, pero no lo son a los rayos de sol, el calor y los cambios de temperatura, por lo que los barcos de fibra también son susceptibles de resecarse y sufrir fisuras, además de estar expuestos a los efectos de la ósmosis. ¿Embarcación de metal? Prepárate para luchar contra el óxido. Ahora que ya te hemos asustado, la buena noticia es que todo estos daños se pueden prevenir con el uso de pintura náutica.
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Pintura náutica
En un barco hay distintas zonas que requieren cuidados diferentes por sus características. En el casco de nuestra embarcación tenemos la obra viva o carena, que es la zona sumergida en permanente contacto con el agua, y la obra muerta, la parte del casco que queda más arriba de la línea de flotación. Puede parecer que la obra muerta es la que se lleva la mejor parte en cuanto a las inclemencias del tiempo, pero el sol es implacable y puede provocar grandes daños.
Para el casco, en la obra viva aplicaremos un par de capas de patente náutica que mantengan a tu embarcación libre de incrustaciones. En la obra muerta utilizaremos un esmalte. Comprueba si es necesario aplicar una imprimación previa al producto que elijas y aplica la pintura con brocha o rodillo de manera uniforme en tantas capas como requiera el fabricante.
Pintado de motores y cubiertas de tu embarcación
No podemos descuidar ninguna de las partes del barco, así que los motores, la cubierta y la superestructura también debes tratarlas con distintos barnices o pinturas dependiendo del material que quieras proteger. Como ya te hemos dicho, el sol es incluso más dañino que el agua y los filtros solares que incorporan estas pinturas son una protección muy eficaz contra él.
En los motores de cola hay que utilizar una patente, mientras que para los motores intra-borda usaremos un esmalte específico para motores. Las cubiertas de teca hay que protegerlas con aceite y renovar la aplicación cada tres o cuatro meses para que la madera no coja un tono grisáceo. Por último, en las cubiertas de gel-coat recomendamos aplicar un esmalte al que le hayamos añadido un sobre de aditivo antideslizante para evitar resbalones.
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Mantenimiento de tu barco
Después de estos pasos y un buen secado, tu barco ha quedado perfecto y listo para navegar. Como queremos que se mantenga así mucho tiempo, será necesario que hagamos un buen mantenimiento en cuanto a limpieza y que arreglemos los desperfectos a medida que se vayan produciendo. Limpia las superficies con agua y jabón o un paño húmedo si se trata de maderas. Cubrir tu barco con una lona durante los periodos en los que no lo utilices ayudará a luchar contra los elementos.
¿Estás ya listo para disfrutar de tu embarcación?