Por no correr muchos riesgos con la pintura de nuestra casa, muchas veces nos encontramos con que tenemos una decoración en la que predomina el blanco. No tenemos nada en contra del blanco, que conste, da muchísimo juego a la hora de combinarlo con otros colores, aumenta la luminosidad de las habitaciones y las hace visualmente más amplias. Pero por sí mismo, el color blanco sin otros tonos que lo acompañen, puede resultar algo frío y soso. Sus carencias se solucionan al incorporar toques de color que rompan la monotonía y alegren tu hogar de manera sencilla. ¿Quieres saber cómo hacerlo?
Cuadros con colores brillantes
El blanco y los colores neutros son el marco perfecto para que resalte cualquier obra de arte. Introduce el color que quieras a través de cuadros, cuando te canses de ellos sólo tienes que descolgarlos y cambiarlos por otros. Así conseguirás animar tus interiores sin tener que comprometerte con el mismo color demasiado tiempo. ¡Sobre todo si pintas tú mismo los lienzos!
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Pinta tus muebles para dar color a tu casa
Lánzate a pintar los muebles y verás cómo se transforma un espacio por completo. Sobre todo si utilizas un color brillante y alegre, como el amarillo. ¿No parece que de repente ha llegado el verano a la cocina que te enseñamos? Seguro que tienes alguna silla o mesa que agradecerán una mano de pintura. Incluso algún mueble que no te guste demasiado puede volver a hacerse un hueco en tu casa con un nuevo color.
Revisa en nuestro blog cómo cambiar tus muebles con pintura.
Colorea los interiores de tus armarios
¿Tienes tus reservas a la hora de pintar muebles? Una forma de iniciarte y sorprender al mismo tiempo es pintar el interior de un armario y mantener el exterior en blanco. Para recibir la dosis de alegría que proporcionan los colores tendrás que abrir las puertas (o hacerlo en armarios acristalados), pero es una manera muy original de añadir algo de color a tu hogar. Eso sí, si las puertas son opacas, de vez en cuando pídele a tus invitados que cojan ellos mismos un plato para que puedan disfrutar de tu obra.
El arcoíris en los complementos
Convierte tus estanterías abiertas en un arcoíris de distintos colores. Puedes forrar tu colección de libros y ordenarlos por color para que tengan este aspecto y añadir distintos adornos o maceteros de todos los tonos que se te ocurran. Como tampoco vas a tirar los objetos que ya tengas por no encajar en tus estanterías, renuévalos con una capa de pintura para coordinarlos. La ideal en estos casos es la pintura ‘chalk paint’, porque no necesita imprimación, se adhiere a cualquier superficie y (lo más importante) tiene una variedad de colores difícil de resistir.
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Telas de distintos tonos
Añade textiles de colores que rompan la monotonía de color. Utiliza alfombras coloridas, cojines, ropa de cama, cortinas… También se pueden cambiar de forma sencilla y puedes aumentar o disminuir la dosis de color con sólo introducir un cojín más o poner una pequeña manta en el brazo del sofá. ¡Más flexibilidad imposible!
¡No dejes de dar color a tu casa!
